miércoles, 24 de enero de 2024

'Godzilla Minus One' y 'El niño y la garza', sobrevivientes japoneses a los Premios Oscar

Godzilla Minus One y El niño y la garza son las dos películas japonesas que se encuentran nominadas a Mejores Efectos Visuales y Mejor Película Animada, respectivamente, de los Premios Oscar. Tienen todo para ganar, pero ¿creen que lo consigan o que pudieron competir en más categorías?

La película del monstruo del estudio Toho sorprendió más allá de sus efectos especiales. Regresar al origen mítico de Godzilla (desvirtuado en las obras estadounidenses), esa metáfora del horror del pueblo japonés hacia el poder destructivo de las bombas atómicas, en el contexto de la posguerra en la que el país no contaba con un ejército ni con armas, fue un gran acierto de la película. Aunado a ello, el drama humano sobre el impacto y las reminiscencias de la Segunda Guerra Mundial, el vivir con la deshonra de la rendición y el miedo a los fantasmas de la guerra enriquecen el relato de los protagonistas y dan más fuerza al significado real de Godzilla.

Con estas variables, me parece que bien la cinta nipona pudo contender por Mejor Película de Lengua Extranjera en este certamen, como sí sucedió en la entrega de los Critics Choice Awards, el pasado 14 de enero. Sí, es de ciencia ficción y podría entrar en el terror, pero ya hemos visto que filmes de este corte como Todo en todas partes al mismo tiempo (2022) o de origen asiático como la coreana Parásitos (2019) lograron alzarse con la estatuilla.

Lo mismo sucede con El niño y la garza, lo nuevo del director Hayao Miyazaki. La obra (que se alzó con los Globos de Oro, premios que suelen pronosticar a los vencedores en los Oscar), que representa el duelo y los miedos en la infancia sobre este tema, maneja un tono más maduro y de reflexión que otras películas enlistadas para los Premios de la Academia, tales como Elementos o Spider-man: a través del spider-verso. 

¿Pero qué sucede? Por más que la creación del Estudio Ghibli defienda la animación tradicional, dibujada y coloreada a mano (a diferencia de otras películas mencionadas a que apuestan por el diseño por computadora) y la trama vaya más allá de sólo entretener, las cintas que suelen ganar son aquellas que, por la campaña de publicidad de las empresas de animación y de distribución, alcanzan a un mayor número de asistentes en el cine. 

Por ejemplo, no es lo mismo Disney, cuyas películas tienen mayor difusión en diversos medios, y que puede tener más proyecciones en un solo complejo cinematográfico, a una película japonesa, sea o no de anime, que muchas veces son vistas únicamente por los fans, o por un público más particular, y que no siempre los filmes se encuentran en los horarios más accesibles, están en cines remotos, sólo se exhiben en una sala, y el conocimiento de su existencia por parte de la gente es por chiripa debido a la falta de propaganda. 

Para las empresas multimillonarias y multinacionales, cuyos productos no garantizan la calidad sólo por el renombre de la marca, este tipo de nominaciones afianzan su posición en el mercado. Para empresas más bien nacionales, como Ghibli o Toho, realmente no les importa si ganan un premio de acuerdo a los estándares estadounidenses. Los japoneses consumen más lo propio, sea cine o música, y su cultura, cerrada en ese sentido, hace que les dé un tanto igual. Sí, el equipo de Godzilla celebró la noticia, pero no es que sea su máximo ganar. Ellos, con obtener el reconocimiento de la industria de su país, se afianzan el éxito. 

Aunque Godzilla Minus One y El niño y la garza no triunfen en la noche del 10 de marzo, eso no restará puntos a lo que aportan en el mundo cinematográfico, como el hecho de que la primera se haya convertido en la cinta live-action de origen japonés que más dinero ha recaudado en la historia, con más de 80 millones de pesos y con más de un millón de espectadores.

Lo mejor no siempre obtiene un título ostentoso y eso lo recordamos en cada edición de este concurso fílmico que, en especial en el apartado de Mejor Película Animada, hay muchas obras de Ghibli opacadas. Menos mal, los japoneses no necesitan la aprobación de Occidente para hacer lo que mejor hacen.

@YukiVongola