miércoles, 28 de agosto de 2019

Andanzas por Japón: concierto de SPYAIR Just Like This 2019

En mi reciente viaje a Japón, coincidí con el concierto que el grupo japonés SPYAIR da cada finales de julio, desde ya cinco años seguidos. El año pasado ellos estuvieron en México durante su primer tour mundial; pasearon por el Centro Histórico, Reforma y la antigua Teotihuacán como si fueran unos turistas más.

Ese 7 de octubre los fans mexicanos los recibieron con mucha calidez, lo que caracteriza a nuestro pueblo. Si bien, el lugar del concierto fue pequeño, se llenó por completo y no desmeritó en nada al grupo. En contraste, el evento veraniego de SPYAIR en Japón llamado Just Like This es para 10,000 personas, realizado al aire libre en el bosque de coníferas ubicado a espaldas del gran parque de diversiones Fuji-Q Highland y del majestuoso Monte Fuji.


SPYAIR, conformado por Ike (vocalista), Kenta (baterista), Uz (guitarrista) y Momiken (bajista) estaban listos para recibirme en su propio país con un gran concierto.

Tanta fascinación causaron en mí el verlos en vivo, que aproveché mi estadía en Japón, decidí ir a este concierto anual. Sin embargo, la venta de boletos es difícil. No hay taquillas como aquí, que vas al recinto donde se llevará a cabo el concierto y puedes comprar los boletos, incluso el mismo día del espectáculo. Allá es sólo mediante sitios de internet autorizados o en ciertas tiendas de conveniencia. Las distintas páginas web donde puedes comprarlos te piden a fuerzas una dirección en Japón, y no se puede pagar con tarjeta de crédito extranjera.

En mi afán por ir a verlos, le comenté a una amiga japonesa que tengo por internet, que estaba en busca de un boleto. Ella, sin pedírselo ni conocerme personalmente, se ofreció a conseguirme uno. Así, el 27 de julio por fin llegó. Estaba tan animada como cuando vinieron a México. Tanto, que ni la lluvia me impidió disfrutarlo en un escenario totalmente distinto al que se presentaron aquí.

Imagínense el lugar. Mientras se atraviesa el estacionamiento del Fuji-Q, el bosque de coníferas da la bienvenida y guía a los fanáticos que desde la mañana llegan para comer platillos especiales basados en SPYAIR y en comprar mercancía especial.

El cielo nublado, la lluvia a cántaros, el frío y la posible presencia de un tifón no mermaron las ganas de disfrutar del concierto al aire libre con un hermoso paisaje. Quizá fuese señal de que todo iría bien, que se vieron dos arcoiris, uno sobre otro. El tifón terminó desviándose, lo que informó el vocalista Ike al inicio del evento. Así es, la música lo puede todo, incluso contra los abates de la naturaleza.
Un equivalente en México sería el Corona Capital, el Vive Latino o los conciertos del Estadio Azteca, pero sólo en el aspecto de ser un lugar abierto, pero que suele estar un poco baldío o rodeado de estructuras hechas por el hombre que impide ver más allá de esas vallas. El estar rodeado de pinos y tener a tu lado el monte Fuji (nuestro símil del Popocatépetl) convierte la experiencia de sólo ir a un concierto de tu banda favorita en su país de origen a toda una aventura que explota los sentidos en varios aspectos.

Con mi amiga japonesa disfruté de un buen concierto, y fue mejor porque estuvimos cerca del escenario. Curioso es mencionar que los boletos, unas semanas antes, son entregados por correo a las casas de los compradores, además que hay fechas específicas para comprarlos, por lo que ir el mismo día a conseguir uno es imposible. La asignación de asientos es al azar: tanto puede tocarte en la primera fila como en la última.

Otro dato curioso es que SPYAIR se dio a conocer en las calles de Nagoya, y en el 2009, cuando SPYAIR intentó debutar a lo grande, nadie se presentó a su concierto. Eso no los desanimó. Siguieron trabajando en su música, cantando donde podían y repartiendo propaganda en las estaciones del metro.

Cuando llegó el momento del éxito, en el 2015, decidieron arriesgarse a ir al bosque de las coníferas. Le llamarían a esa presentación Just Like This, el nombre de una de sus canciones más emblemáticas, ya que justo haciendo lo que ellos creían y recordando sus orígenes callejeros, triunfaron.

Como los mismos miembros del grupo han comentado, esta canción sólo puede interpretarse al aire libre, porque simboliza esa libertad que han tenido desde el 2005. La capacidad de asistentes era de diez mil, una gran apuesta por lo sucedido un año antes, y lo llenaron. Ahora, yo fui parte de esta historia.

La temática de este Just Like This fue el deporte y el verano. Las canciones nuevas que salieron hace unos cuantos meses fueron las que abrieron el evento: "B-The One", la cual estuvo acompañada de un grupo de bailarines vestidos con uniformes de basket, ya que SPYAIR fue el elegido para componer el tema de la temporada 2019 de la B-League, liga profesional japonesa de basketball; y "Pride of Lions", cuya canción fue dedicada a la Universidad de Ciencias del Deporte, por lo que ese día en el escenario un grupo de porristas de esta institución animó al público al hacer acrobacias en el aire. 

Mientras cantaban "Sakura Mitsutsuki" (la cual fue conmovedora porque Kenta aprendió a tocar el piano para darle un nuevo arreglo a esta canción), "Samurai Heart", "Kanjou Discord", "Come in Summer", "Goldship" o "Scramble", los chicos de la banda se pasearon en el escenario principal y por pasillos ramificados del mismo que rodeaba al lugar para poder caminar y ver de cerca a sus fans que estaban en la parte central y trasera. Ese aspecto me gusta, porque así son más íntimos con su público.

En el 2020 cumplen quince años desde que se conformó el grupo y diez del debut principal.
Estarán preparándose para llegar al Tokyo Dome, el cual es el equivalente a presentarse en el Estadio Azteca y llenarlo.
Lo que llevo en mi mente y corazón no sólo está en el concierto en sí, sino en las personas que desinteresadamente ofrecieron ayudarme para ir a ver a SPYAIR, como mi amiga Haruka que conocí por internet, y ahora físicamente, grabando en mí tan increíbles momentos.

Es cierto lo que dicen de que la música une al mundo y trasciende fronteras.

@YukiVongola

martes, 20 de agosto de 2019

Andanzas por Japón: Mitama Matsuri

Ir a Japón en verano es igual a festivales sintoístas. Visto como una forma de vida y llena de tradiciones, el Mitama Matsuri se realiza del 13 al 17 de julio en el santuario Yasukuni, en Tokio, y es uno de los más importantes y grandes dentro de los que celebran el Obon, porque honra a los soldados caídos en la guerra.


El Mitama Matsuri conmemora a aquellos quienes fallecieron en batallas, tanto civiles (como las que ocurrieron durante la era Meiji) como mundiales. Muchos descendientes de estos patriotas acuden cada año a la festividad para presentar sus respetos a quienes dieron su vida por su país en distintas épocas. 
A unos pasos del inicio del enorme área que rodea al santuario Yasukuni, se encuentran los puestos de comida con fachadas coloridas. La gente que espera su turno para comprar takoyaki, kakigori o brochetas de carne y pepino, ven asombrados las 30 mil lámparas de papel que iluminan el camino hacia el complejo sintoísta. Cada una de éstas con nombres de dioses de esta filosofía o de personajes históricos.

Un grupo de jóvenes, vestidos con ropas tradicionales, desfilan gritando hacia el interior del santuario. Su recorrido lo decoran una serie de dibujos que retratan aspectos de la vida japonesa, como parte de su folklore y paisajes, así como los deseos de sus habitantes porque su país siga prosperando 
 
Entre aquellas ilustraciones, tenemos las realizadas por niños y adultos con diversas ocupaciones y oficios, pero lo particularmente interesante es hallar dibujos pertenecientes a mangaka famosos. Entre estos, se encuentran el de la autora de La rosa de Versalles, Ikeda Riyoko, así como el de Aoyama Gosho, conocido por Detective Conan. La importancia de que estos artistas dibujen específicamente algo para el Mitama Matsuri radica en que las tradiciones están muy arraigadas en los japoneses e intentan honrar, a través de su trabajo a sus antepasados. También demuestra lo humildes que son y cómo eventos de esta magnitud unen a todo el pueblo en armonía.
 
En el centro del santuario, las personas ataviadas con ropa tradicional empiezan a luchar en parejas, representando cada quien a un dios o espíritu, en un performance de combate bailado. Cada pelea es bendecida y purificada por los seres sintoístas al arrojar arroz al suelo, tal y como se hace en los enfrentamientos de sumo, un arte marcial considerado divino por los emperadores.

El último evento de las noches de festival es el del mikoshi (santuario portátil), el cual es cargado por varias personas mientras pronuncian palabras místicas de sus rezos sintoístas. Al término, el awa odori, un tipo de baile tradicional en que diversos sectores de la población (como bomberos, comerciantes o de organizaciones sociales) bailan en honor de los muertos engalanados en sus trajes típicos.

El festival Mitama es todo un deleite, en especial, para un extranjero que quiere conocer las tradiciones de Japón y cómo reflejan el comportamiento y pensamiento de sus habitantes.

Para cualquier japonés es un honor estar en una festividad importante, oler sabores y vivir experiencias culturales e históricas que enriquecen su visión del mundo.

Ésta es mi primer entrada sobre mi travesía en Japón. Así que estén al pendiente de mis próximas publicaciones, puede que los sorprenda con algún detalle.

Les comparto unos videos que grabé durante el festival.
 

 @YukiVongola