Ir a Japón en verano es igual a festivales sintoístas.
Visto como una forma de vida y llena de tradiciones, el Mitama
Matsuri se realiza del 13 al 17 de julio en el santuario Yasukuni, en Tokio, y es uno
de los más importantes y grandes dentro de los que celebran el Obon, porque honra a los soldados caídos en la guerra.
El Mitama Matsuri conmemora a aquellos quienes fallecieron en batallas, tanto civiles (como las que ocurrieron durante la era Meiji) como mundiales. Muchos descendientes de estos patriotas acuden cada año a la festividad para presentar sus respetos a quienes dieron su vida por su país en distintas épocas.
A unos pasos del inicio del enorme área que rodea al santuario
Yasukuni, se encuentran los puestos de comida con fachadas coloridas. La
gente que espera su turno para comprar takoyaki, kakigori o brochetas
de carne y pepino, ven asombrados las 30 mil lámparas
de papel que iluminan el camino hacia el complejo sintoísta. Cada una
de éstas con nombres de dioses de esta filosofía o de personajes
históricos.
Un grupo de jóvenes, vestidos con ropas tradicionales, desfilan gritando hacia el interior del santuario. Su recorrido lo decoran una serie de dibujos que retratan aspectos de la vida japonesa, como parte de su folklore y paisajes, así como los deseos de sus habitantes porque su país siga prosperando
Un grupo de jóvenes, vestidos con ropas tradicionales, desfilan gritando hacia el interior del santuario. Su recorrido lo decoran una serie de dibujos que retratan aspectos de la vida japonesa, como parte de su folklore y paisajes, así como los deseos de sus habitantes porque su país siga prosperando
Entre aquellas ilustraciones, tenemos las realizadas por niños y adultos con diversas ocupaciones y oficios, pero lo particularmente interesante es hallar dibujos pertenecientes a mangaka famosos. Entre estos, se encuentran el de la autora de La rosa de Versalles, Ikeda Riyoko, así como el de Aoyama Gosho, conocido por Detective Conan. La importancia de que estos artistas dibujen específicamente algo para el Mitama Matsuri radica en que las tradiciones están muy arraigadas en los japoneses e intentan honrar, a través de su trabajo a sus antepasados. También demuestra lo humildes que son y cómo eventos de esta magnitud unen a todo el pueblo en armonía.
En el centro del santuario, las personas ataviadas con ropa tradicional empiezan a luchar en parejas, representando cada quien a un dios o espíritu, en un performance de combate bailado. Cada pelea es bendecida y purificada por los seres sintoístas al arrojar arroz al suelo, tal y como se hace en los enfrentamientos de sumo, un arte marcial considerado divino por los emperadores.
El último evento de las noches de festival es el del mikoshi (santuario portátil), el cual es cargado por varias personas mientras pronuncian palabras místicas de sus rezos sintoístas. Al término, el awa odori, un tipo de baile tradicional en que diversos sectores de la población (como bomberos, comerciantes o de organizaciones sociales) bailan en honor de los muertos engalanados en sus trajes típicos.
El festival Mitama es todo un deleite, en especial, para un extranjero que quiere conocer las tradiciones de Japón y cómo reflejan el comportamiento y pensamiento de sus habitantes.
Para cualquier japonés es un honor estar en una festividad importante, oler sabores y vivir experiencias culturales e históricas que enriquecen su visión del mundo.
Ésta es mi primer entrada sobre mi travesía en Japón. Así que estén al pendiente de mis próximas publicaciones, puede que los sorprenda con algún detalle.
Les comparto unos videos que grabé durante el festival.
@YukiVongola
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