lunes, 20 de febrero de 2023

Fallece el mangaka Leiji Matsumoto: buen viaje en las estrellas, capitán

 Leiji Matsumoto, uno de los mangakas y animadores más icónicos y que marcó diversas generaciones con Space Battleship Yamato, Pirata Espacial Capitán Harlock o esa legendaria película Interstella 5555 con Daft Punk, falleció en Japón a la edad de 85 años por una insuficiencia cardíaca aguda. 


El lamentable hecho ocurrió el pasado 13 de febrero, pero apenas el Studio Leijisha, estudio de animación fundado por el mangaka, lo dio a conocer hoy (ayer, en Japón). La hija de Matsumoto y directora de la empresa, Makiko Matsumoto, señaló que su padre (de nombre original, Akira Matsumoto) "se embarcó en un viaje al mar de las estrellas. Creo que vivió una vida feliz, pensando en seguir dibujando historias como artista de manga". 

Sus decenas de obras se caracterizaron por ser una crítica a los conflictos bélicos, lo cual en gran medida se debe a que él fue uno de los sobrevivientes de la bomba atómica que diezmó a la ciudad japonesa de Nagasaki el 9 de agosto de 1945. 

Con un trasfondo psicológico en sus personajes, con tramas oscuras y que exploraban el lado oscuro del ser humano, con mucha tragedia, drama y a veces con toques de humor y sátira, Matsumoto fue el padre del subgénero de ciencia ficción denominado space opera en el manga, que se enfoca en narraciones desarrolladas en el espacio, por lo general con una guerra siendo el detonante del actuar de los personajes, y con algún intererés amoroso.


Sus personajes, idealistas y en busca de un lugar al cual pertenecer en un mundo convulso, fueron un ejemplo a seguir en las décadas de 1970 y 1980, cuando la sociedad nipona buscaba otro tipo de figuras que rompiera con la concepción de que la guerra era el único medio para tener paz. Estas creaciones suyas, que en ocasiones podemos verlos en otras historias del autor, forman parte de lo que los fans llamaron Leijiverso. 

Su importancia en la industria fue tal en diseño de personajes y en las tramas de sus relatos que sirvió de inspiración para futuros y consagrados mangakas, tales como Osamu Tezuka (el padre del manga), Naoko Takeuchi (cuya obra cumbre es Sailor Moon), las franquicias de Macross y Gundam, el anime de Cowboy Bebop y Gintama de Hideaki Sorachi.

De igual manera, en especial en mangas de comedia y de slice of life (cosas de la vida) se le suele hacer homenaje a sus personajes y obras, siendo el más popular el Capitán Harlock, aquel romántico y anarquista héroe que viajaba a través del universo que decide ser un pirata para vivir tal como desea, ha aparecido en obras de otros mangakas, como la ya mencionada Gintama o Excel Saga, inclusive la caricatura estadounidense Steven Universe o en Los Simpson.


La fama de Matsumoto lo llevó a trabajar con el dúo francés de la música electrónica, Daft Punk, para encargarse del diseño de personajes de la película animada Interstella The 5tory of the 5ecret 5tar 5ystem, la cual tuvo como base el álbum "Discovery". La cinta de 2001 inicia con el mangaka diciendo unas breves frases: "Siempre he dicho que los músicos son magos, desde que era un niño siempre tuve un sueño o esperanza, y ahora siento que el sueño viene hacia mí. ¿Cómo podría explicarlo? La música se convierte en miles de luces brillantes en mi cabeza".

Este éxito lo puso en la mira de nada más que Queen, que lo buscaron para que se encargara de la animación de un video de la canción Bohemian Rhapsody, en homenaje al 18 aniversario de la muerte de Freddy Mercury. Esta creación de 2009, que posee imágenes del manga de Matsumoto titulado Gin no Koshika, fue exclusivo para un concierto de la agrupación inglesa en Tokio y en el Reino Unido.


Sin duda, fue un hombre que cautivó a millones de personas por sus mensajes de paz a través de su arte y que, tal como sus personajes, sobrepasó fronteras, galaxias. Y, tal como comentó su hija, ahora navega en aquel mar estrellado con el que tanto soñó en sus mangas.

@YukiVongola

sábado, 18 de febrero de 2023

El problema de las adaptaciones: el caso de los mangas de Junji Ito

Es complicado pasar de la literatura al cine. ¿Quién no recuerda ese bodrio del live-action que hicieron de Dragon Ball? O lo que piensan hacer con One Piece. Adaptar una obra literaria, llámese libro, manga o novela gráfica, sin tener un buen guión, comprender la complejidad de la trama y entender los motivos de los personajes, es la receta perfecta para el caos. 


La saga de Harry Potter contó con la guía de J.K. Rowling, razón por la cual las adaptaciones cinematográficas lograron transportar a los espectadores a ese mundo mágico. Claro, la producción en estos casos es relevante, ya que sin un buen vestuario, locaciones, fotografía y música, parte de la esencia desaparece. 


En el mundo del anime, cuando se adaptó X a la pantalla grande, fue un fracaso por la trama y el desenvolvimiento de los personajes que para nada le llegó a los talones al manga. El que las CLAMP, las autoras, estuvieran involucradas en el guión, terminó por sepultar la película animada porque evidenció lo poco que sabían de su misma obra. Tal vez por eso no se han atrevido a darle un cierre argumental. 


Uno de los problemas para las adaptaciones del manga o anime es, además de los ya mencionados, es que con sólo el nombre o la reputación de sus creadores será un éxito inmediato. El arriesgarse con actores para una cinta con Dragon Ball o One Piece, dos obras que son extremadamente populares y son todo un ícono que han sobrepasado generaciones y fronteras, es de principio una mala idea. Transmitir el carisma de los personajes y sentir esa emoción con cada batalla, y que los efectos especiales puedan producir lo mismo que tinta y papel, pocas veces se logra. 


Eso, con aquellas historias de acción. Ahora, cuando se refiere a trasladar emociones tan intensas como el terror, que suele acompañarse de inquietud y paranoia, el resultado de una adaptación al cine o a televisión tampoco es tan sencilla. Menos, cuando nos referimos al horror cósmico. Por ello, pocos libros de H.P. Lovecraft se han realizado con éxito en el séptimo arte. No por nada, no tenemos una digna versión en el cine de La llamada de Cthulhu, aunque, por el lado de los videojuegos sí ha habido buenas ideas.  


Lo mismo ocurre con los mangas de Junji Ito, el maestro del terror japonés, a quien se equipara con el escritor estadounidense, que tampoco han recibido merecidas adaptaciones. Como dato curioso, Ito fue convocado por el director cinematográfico mexicano Guillermo del Toro y el productor legendario japonés de los videojuegos, Hideo Kojima, para que colaborara en el juego de terror Silent Hills (2014), conocido más como P.T., de la saga Silent Hill de la desarrolladora Konami. Sin embargo, tras la presentación del muy terrorífico demo, el proyecto fue cancelado por problemas entre Konami y Kojima, por lo que nunca se llegó a la realización de bocetos de los personajes. 


La más reciente, estrenada en enero de este año vía streaming, se titula Junji Ito Maniac: Relatos japoneses de lo macabro. En éste, a través de 20 historias cortas se intentó dar una muestra de la genialidad del maestro del terror japonés. Así es, sólo quedó en un mal intento. Ni el miedo ni la zozobra que se expone en sus lecturas en el manga se hallaron en sus 13 capítulos. Los globos colgantes, Intrusos, La cosa que apareció en la orilla o Esculturas sin cabeza son algunos de los títulos que tuvieron una versión animada por primera vez y que se quedaron cortos y dejaron un trago amargo a quienes conocemos la fuente original. En cambio, aquellos espectadores casuales sólo la consideraron entretenida, pero coincidieron en que el terror era escaso en estas narraciones que pertenecen a dicho género. 


La animación, que tampoco es buena, podría obviarse si la calidad de la adaptación fuera mejor. Una antología decepcionante como la que hubo en 2018 con Junji Ito Collection. 


Otra mala versión al anime de las creaciones de Ito, Gyo (2012), tiene varios cambios narrativos respecto al manga publicado diez años antes. Eso sí, la animación, en comparación con las dos ya mencionadas, sí es dinámica y causa desagrado el ver a peces y demás criaturas marinas con patas mecánicas, que terminan por contagiar y transformar a los humanos en seres aberrantes con su hedor. 


Uzumaki, obra cumbre del japonés que denota el horror cósmico, por fin tendrá este año vida en una serie animada de cuatro capítulos. Las expectativas con ésta son muy altas, debido a que, a diferencia de las anteriores obras, tiene un gran presupuesto y su animación será a blanco y negro para mantener fiel el estilo de dibujo original y parecerá que será como ver el manga con movimiento.  


Esto ayudará porque la paleta de colores que tienen las antologías y Gyo evita que uno sienta ese desasosiego que deberíamos de sentir al estar frente a una trama de terror, más si es del tipo lovecraftiano. El blanco y negro, acentuado con su estilo realista y con un énfasis en el sombreado, nos hacen sentir o muy perdidos al punto de perder la cordura o muy sabedores de los horrores que acechan que, inigualablemente, nos hace descender a la locura. 


@YukiVongola