En las últimas semanas, una oleada de protestas encabezadas por la llamada Generación Z sacudió distintas regiones del mundo: Asia, África y América Latina viven una serie de movilizaciones que, aunque distintas en sus causas, comparten un mismo lenguaje. En las calles se repite la imagen de la bandera de los Mugiwara, o de los Sombreros de Paja, la cual es el estandarte de los personajes de One Piece. Lo que inició como un guiño cultural, ahora es un emblema de la resistencia juvenil.
En su simpleza de diseño —un cráneo sonriente con un sombrero de paja— se concentra una verdad profunda: la lucha por la libertad, en todas sus formas.
El manga creado por Eiichiro Oda hace 28 años tiene gran resonancia en estos manifestantes por los tópicos abarcados en las aventuras de Monkey D. Luffy y su tripulación pirata que desafían imperios corruptos, gobiernos autoritarios y estructuras que oprimen a los débiles. Su viaje, impulsado por ideales de libertad, justicia y lealtad, han trascendido las décadas y hoy hacen eco entre quienes ven que sus propios gobiernos traicionan esos valores.
En el caso del continente africano, manifestantes en Madagascar la adoptaron como estandarte de unidad frente al colapso de los servicios públicos y la manipulación electoral, por lo que demandaron la destitución presidencial de Andry Rajoelina. La oposición derivó a que el pasado 14 de octubre, el Ejército diera un golpe de Estado.
En América Latina, las marchas juveniles en Perú y Ecuador también se apropiaron de esta insignia, en medio de denuncias de represión, precariedad, corrupción institucionalizada, incremento en la inseguridad y discriminación hacia los pueblos originarios. El rechazo culminó en Lima con cientos de heridos tras el enfrentamiento con policías; en Ecuador, ya hubo dos muertos tras los mítines contra el presidente Daniel Noboa.
La bandera de los Mugiwara ha ganado fuerza porque no pertenece a ningún Estado ni ideología partidista. En tiempos donde las banderas nacionales están asociadas con instituciones desacreditadas, los jóvenes eligen un símbolo que no les fue impuesto, si no que es autónomo y conecta a personas en tierras tan lejanas como Quito, Yakarta y Antananarivo ante la necesidad de recuperar el control sobre su propia vida.
One Piece simboliza una utopía de libertad y justicia social. La frase: "La verdadera fuerza reside en la perseverancia para avanzar, sin importar las dificultades", del personaje de Luffy, se ha vuelto una metáfora de supervivencia frente a la frustración.
Que un anime se haya convertido en el estandarte de la protesta mundial habla de una generación que creció en la globalización, que entiende el poder de los símbolos y que rehúye los lenguajes políticos del pasado. Reinterpretan la cultura pop como herramienta de rebeldía.
@YukiVongola
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