La selección japonesa, conocidos como "los samuráis azules", quedaron fuera del Mundial 2018, celebrado en Rusia, tras tener un enfrentamiento en cancha contra el equipo representante de Bélgica, perdiendo 3-2 ante los europeos en un partido cardíaco y muy disputado, pero yéndose con la frente en alto por haber dado todo de sí y llegar a octavos de final cuando el fútbol no es aún una potencia en el país asiático. En cambio, México, que sí lo es, no dio un partido digno ante el equipo brasileño, dejándose caer y quedándose, otra vez, sin el tan esperado quinto partido que sólo ha logrado una vez (México 1986).
Al inicio de este partido, la afición nipona sostuvo una manta enorme que tenía al futbolista ficticio más conocido del mundo, Oliver Atom (o Tsubasa Oozora) del manga/anime Los Supercampeones (Captain Tsubasa), quien sostenía entre sus manos la copa del mundo. Recordemos que gracias a esta obra de Yoichi Takahashi fue que el fútbol empezó a tener popularidad, siendo de esos pocos manga que han causado tal impacto en la sociedad japonesa y en resto del mundo. Con motivo de lo anterior, se lanzó una casaca conmemorativa de Los supercampeones, cuyo número del jugador estaba relleno de imágenes de las escenas más representativas.
"Los samuráis azules" y su afición lograron que la gente los volteara a ver debido a su comportamiento respetuoso fuera y dentro del terreno de juego, siendo los japoneses el único equipo que ha pasado a octavos de final con la regla Fair Play, o Juego Limpio, es decir, contaba con un número menor de tarjetas amarillas y, al estar empatado en puntos en la fase de grupos con Senegal, el desempate entre ellos se dio a partir de la diferencia de faltas. Lo anterior nos habla, justamente, del juego limpio y justo que tiene esta selección, que no necesitan hacer dramas para obtener faltas del contrario, sino que se enfocan en jugar. De igual manera, sorprendió que al final del partido contra Bélgica, los nipones limpiaron pulcramente el vestidor y dejaron una nota en que daban las gracias, seguramente a la FIFA misma y a los encargados, en todos los sentidos, del estadio. Los fanáticos que fueron a apoyar su selección hicieron lo mismo en las gradas.
Como dato curioso, Rabio, el pulpo gigante, que predecía los resultados de los partidos de la selección nacional japonesa fue rebanado y convertido en sashimi poco antes de que se conociera el desenlace del partido Japón vs Polonia, pronosticando que el país asiático perdería. Ahora está a la venta, pero esperan encontrar otro pulpo para que prediga el resto de partidos del mundial.
Ya que muchos de las selecciones favoritas quedaron fuera de la primera y segunda ronda, es imposible pronosticar cuál será la final de la copa, pero lo cierto es que hemos visto de algunos países un ejemplo a seguir por su civismo, la admiración de otros por el gran esfuerzo dado en la cancha, la ilusión dada y perdida de que México pase al quinto partido, cosas que sólo en un evento de este tipo podemos presenciar.
Japón quedó fuera, pero esperemos a los Juegos Olímpicos que se llevarán a cabo allá, donde los atletas nipones son siempre favoritos a medallas.
@YukiVongola
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