Seguro cada quién tiene una perspectiva diferente de lo que significa la vida y la muerte, pero sólo quienes la han vivido de cerca pueden tener un mayor entendimiento de lo que esta dualidad crea en una persona.
A lo largo de la historia del hombre han existido creencias que acercan a los muertos con los vivos. Una de ellas se asemeja a uno de esos tratamientos extraños que había, por ejemplo, en la Edad Media europea, en que una persona enferma del hígado debía comer hígado para curarse. De igual manera, en varias culturas se piensa que, al comer algún órgano de un ser querido, el fallecido seguirá viviendo en el cuerpo de sus seres amados.
Esta idea es la que refleja Quiero comerme tu páncreas, cinta dirigida por Shinichiro Ushijima, la cual está basada en el manga de un solo tomo de Yoru Sumino. Esta frase es la esencia de la historia, de los personajes. El tiempo de la narrativa se ubica en el funeral de una chica, Sakura, a quien el protagonista (del cuál no sabemos su nombre) recuerda en su oscuro cuarto cómo fue que la conoció. Todo inició por casualidad (¿o causalidad?) en el hospital.
Aquí es cuando el páncreas entra en la escena. Sakura tiene una enfermedad terminal que le afectó el páncreas y, debido a lo complicado de ello, ningún trasplante es viable, sólo le queda disfrutar lo poco de vida que le queda. "Él" se entera al recoger un libro en la sala de espera del hospital, mientras aguarda su turno para que le atiendan. Al abrirlo, se da cuenta que en realidad es un diario cuya propietaria es Sakura, la chica popular y alegre de su salón. Vivir con la muerte, así le titula a su diario, en el que escribe que nadie, salvo sus padres, conocen sobre su enfermedad.
En este momento es cuando inicia la amistad de dos chicos completamente diferentes, ella tan alegre y social, y él tan callado y cuya única compañía son sus libros. La indiferencia de él al conocer la verdad de su compañera de clases causa en Sakura el querer ser su amiga. ¿Por qué salir con un chico indiferente en vez de sus amigos?
La razón que ella da es que no quiere que el conocimiento de su próxima muerte les cause dolor desde antes y la empiecen a tratar de manera especial, cuando sólo quiere ser una adolescente más. Ello hace que confíe en él porque la trata de manera normal pese a conocer su realidad. Son ese tipo de pequeños detalles, de vivir como todos, lo que ella desea y encuentra en él.
Quiero comerme tu páncreas puede ser interpretado con una expresión de amor, de amistad, sobre la vida, sobre las decisiones, sobre la conexión con las personas, del cambio que una sola persona puede dar a tu existencia para ser mejor persona.
Y justo eso nos enseñan estos personajes, confirmando que, aún teniendo una enfermedad o estar aislado del mundo, en un momento la vida se te va del cuerpo. No se trata de temer a la muerte o de sólo pensar en el vacío que siente alguien por un ser querido fallecido, sino conmemorar la vida que nos queda y recordar las enseñanzas que los que partieron nos dejaron. Es decir, tener vivo dentro de nosotros el corazón, el alma, de ellos.
Pese que desde el inicio la cinta nos revela que, efectivamente, Sakura morirá y que no habrá un medicamento o una cirugía que puedan cambiar su situación, no resulta tan dramática su historia. No es el clásico "sufro porque me voy a morir" o el papel de mártir. Si bien hay momentos tristes, lo importante de la cinta es el trascender tu existencia en otros. Pero, aún así, el final toma un giro inesperado.
Los paisajes, en que vemos las flores de cerezo (o sakura en japonés) brotando en primavera, refleja la idea de que sólo en determinado momento cada uno de nosotros emerge con su verdadero ser y toma las decisiones que le llevan al punto en que se encuentra con otras flores igual de bellas de alma.
La película cuenta con audio en español, para aquellos amantes del doblaje, el cual cuenta con Miguel Ángel Ruiz (Panda en Escandalosos) y Erika Ugalde (Mantis en Guardianes de la Galaxia), bajo la dirección del también actor de voz Eduardo Garza. Las voces de los protagonistas encajan perfectamente con sus personalidades, por lo que el escucharla en español resulta muy armónico.
Quiero comerme tu páncreas es una película que, en especial aquellos quienes han pasado por situaciones similares, sentirán unas lágrimas empañando sus ojos, pero revalora lo que significan los lazos entre las personas en un mundo en que la vida no nos es realmente propia y en el cual sólo podemos disfrutar lo más que podamos gozando de las pequeñas cosas de la vida que nos rodea.
Les comparto el trailer en latino:
@YukiVongola