martes, 10 de diciembre de 2019

Las piñatas y su vuelta al mundo

Diciembre es uno de los meses más esperados por las festividades coloridas de origen judeocristiano que, si bien no todos son creyentes religiosos, se ha adoptado la Navidad como una tradición, independientemente del contexto. Esta época da inicio con las posadas, en las cuales nunca debe faltar una piñata de estrellas o picos. Yo creo que todos hemos rota alguna, o al menos pegado, en nuestra vida, ¿pero qué tanto sabemos de ellas?


El origen de la piñata se da en varias vías. La primera nos remite a los años en que Marco Polo viajaba a China. En su estancia durante la celebración del Año Nuevo, observó una figura cubierta de papeles de colores con forma de buey, y rellena de semillas. Con un palo de madera se rompía, los restos eran quemados y las cenizas repartidas y conservadas. Este rito era para atraer la buena suerte en el campo y que sus cosechas fueran vastas en el año que comenzaba.

Marco Polo, al regresar a Italia, contó sus experiencias y fueron los italianos quienes acuñaron el nombre pignata a ese objeto, ya que les recordaba a los piñones y, como las hacían de cerámica, eran frágiles y, por tanto, fáciles de romper. Los italianos adaptaron su significado a las necesidades religiosas, sobre todo cuando la piñata llegó a España y la trajeron a América en 1586, donde adquirió mayor poder evangelizador.

En la Nueva España, los frailes agustinos de Acolman de Nezahualcóyotl recibieron la autorización del Papa Sixto V para celebrar las misas de aguinaldo, que serían conocidas después como posadas. 

A los indígenas se les enseñó la piñata y relacionaron sus siete picos con los siete pecados capitales, así como el vendar los ojos al momento de pegarle, puesto que ello denota la fe ciega de los creyentes que afrontan los pecados que el Diablo (la piñata) pone sobre su camino. La fruta de su interior representan las riquezas que se obtienen al seguir el camino de Dios.

Se supone que en parte fue fácil convertir a los indígenas porque, en la región maya del país, había algo parecido. Dentro de una olla de barro ponían cacao. Ésta la sujetaban e intentaban romperla con los ojos cerrados.

Así como Marco Polo se llevó consigo lo que vio en China, algo similar pasó en Japón, aunque de manera un poco distinta. Durante la Era Heian (794-1185), Japón absorbió muchos rasgos culturales de China, entre ellos, algo que después llamarían kusudama, un estilo de origami. 

Consistía en la tradición de los aristócratas de regalar bolsas pequeñas y decoradas con flores que contenían hierbas medicinales e incienso. El quinto día del quinto mes, se colgaban en los jardines o entradas de las casas con tiras de papel en diversos colores, lo cual se creía que ahuyentaba a los malos espíritus. 

Con el paso de los siglos esto se fue expandiendo al resto de las clases sociales y, en vez de ser bolsas pequeñas, se empezaron a hacer un poco más grandes, rellenos de confeti y de un largo pergamino se desenrolla al jalar los hilos de colores. 

El pergamino, por lo general, tiene mensajes de felicitaciones, como de graduación de la universidad. Por la descripción, parece un globo, además que no se rompe, sino que se abre al tirar de las tiras de papel. En cambio, la tradición japonesa de romper con los ojos cerrados una sandía en verano es más parecido.

Sea cual sea su origen, México es reconocido mundialmente por ellas, por su figura moderna, y es justo Acolman la cuna de las piñatas. De pasar a ser sólo usada en las posadas y en los cumpleaños, se han extendido a cualquier evento y celebración a lo largo del planeta. 

Curiosamente, en Japón se han vuelto muy populares, tanto que la Asociación Japonesa de Piñatas tiene talleres para hacer piñatas de distintos tipos, así como llevan piñatas a escuelas u otras instituciones. Nadie pensaría que allá habría una asociación, cuando ni en México hay una. 

Es fantástico el darnos cuenta de las similitudes que ambos países tienen y cómo nos unen de manera invisible. Así que, en estas fechas, desquitemos la mala vibra que cargamos de este año al pegarle duro a una piñata.

@YukiVongola

viernes, 15 de noviembre de 2019

Adolescence of Utena, o la figura del caballero femenino, en el Konnichiwa Festival

Los japoneses son buenos para crear películas que destrozan la mente al contener ideas o detalles que puedan significar mucho más de lo que denotan a simple vista. Las animadas no son una excepción, puesto que se hace uso de técnicas de animación, de planos, de dibujo, para conferir un mayor grado de surrealismo visual al punto de que al terminar la cinta nos preguntamos "¿qué rayos pasó?"

La cinta Adolescence of Utena pertenece a esta categoría, y podrán comprobarlo por ustedes mismos ya que Konnichiwa Festival la traerán a cines de varias partes de la República Mexicana los días 23, 24 y 30 de noviembre y el 1° de diciembre.

Adolescence of Utena está basada en el manga de Chiho Saito llamado Shoujo Kakumei Utena. El filme nos relata la historia de Utena quien entra a la Academia Ohtori, la cual parece un sitio idílico y laberíntico con sólo observar los planos en que se nos muestra una combinación de arquitectura moderna, constructivista, y deconstructivista.

Sus modales y valores propias de un príncipe hace que sea confundida con un hombre, a la vez que ella decide ser un príncipe. Esta idea no debe confundirse con que Utena desee ser hombre, sino que la figura del príncipe que constantemente aparece en las novelas románticas y cuentos de hadas de este tipo de hombre es muy idealizado, y cuando a Utena su novio le rompió el corazón, se dio cuenta que todas esas historias eran falsas. Por tanto, ella quiere encarnar todas las virtudes que un caballeroso príncipe debe tener, ser para alguien más ese "príncipe" que ella no tuvo.

Un día, Utena recibe un anillo con una figura de una rosa, símbolo constante en la trama. Portarlo, la convierte de inmediato en una duelista, lo que le da derecho a entrar en una competencia secreta con alumnos del Consejo Estudiantil, todo para conseguir el "trofeo" más codiciado del mundo: la Novia de la Rosa, quien es otra estudiante de nombre Anthy Himekawa, y tiene poderes para cambiar al mundo.

Utena hace honor a su título, ya que kakumei significa "revolucionario", y es justo lo que se presenta en la película desde que conocemos la clase de persona que Utena quiere ser, un príncipe, un caballero, que sea valiente, justo y ayude a una "princesa", en este caso, a Anthy. 

Aquí, los roles clásicos de que un príncipe sólo puede ser un hombre y que las mujeres sólo son princesas que deben ser defendidas se rompen por completo. 

Es, más bien, que la determinación, valores y conocimiento de uno mismo nos convierte en personas que quieren proteger con valentía a alguien y darle su libertad, o ser la guía espiritual que oriente y se arriesgue de salir del mundo del que ha sido encarcelada.

Lo anterior se enfoca en que el rol que hombres y mujeres tienen no sean definidos por su género ni por sus colores (el cabello rosa de Utena denota su femineidad) sino que sean equitativos y que las personas decidan ser lo que desean. Se destroza, con esto mismo, los arquetipos de las figuras del príncipe, del caballero y de la princesa en los cuentos de hadas altamente idealizados y que se nos inculca ahora con películas animadas que refuerzan el sexismo y machismo.

Otra revolución que Utena hizo a finales del siglo pasado fue retratar el tema de las relaciones interpersonales, como es el caso del amor tóxico, del incesto, de traumas nacidos debido a abusos sexuales; todas ellas reflejan lo mismo, la necesidad, muchas veces malsana, de tener el poder para poseer a alguien y manipularlo. Con flashbacks envueltos en imágenes con fuerte carga simbólica y metafórica, se nos muestra el dolor y la dependencia de quienes están envueltos en este tipo de relaciones.

Pero su punto fuerte son los lazos románticos que poco a poco van naciendo entre Utena y Anthy. El yuri (género que maneja relaciones lésbicas) es visto como una misma revolución dentro de la trama, en que los roles y la posesión hacia la mujer y lo que ella significa como procreadora es roto también. 

Otras obras como La rosa de Versalles (1973), de Ikeda Riyoko, y La princesa caballero (1952), de Osamu Tezuka, son fuentes que influyeron en esta forma de pensar de que la mujer asume papeles sociales e ideológicos que van contrario a lo establecido por la sociedad, sobrepasando los límites de sus épocas y circunstancias para realizar la decisión que hicieron hacia sí mismas. 

Estas dos obras son pioneras de los manga shoujo (género demográfico enfocado a público femenino) que no sólo cuentan las historias típicas de amor y que son realmente feministas; en Shoujo Kakumei Utena se añade el factor erótico y lésbico como una manera más de amor, que para las involucradas fue un flechazo, y no que ellas estuvieran ya predispuestas a ello. El amor es sólo amor, y no debe importar el género de los amantes.

La adaptación animada del manga se transmitió en México en 1998, un año después de su estreno en Japón. Debido a los temas, el anime tuvo escenas eliminadas, así como cambio de diálogos que comprometía a los personajes en situaciones lésbicas e incestuosas. Pese que se doblaron al español los 39 capítulos de la serie, sólo 30 se emitieron, siendo los últimos los más reveladores y con fuerte carga simbólica, sensual y caótica. Utena fue una de las víctimas de la censura por tratar pensamientos fuera de época como pasó en México también con Sailor Moon o las Guerreras Mágicas (Magic Knight Rayearth).

Adolescence of Utena brilla por su historia, por sus imágenes simbólicas que aparecen inesperadamente, con una gran atención a los detalles, al tipo de animación tradicional mezclada con digital que otorga bellas escenas, los combates de esgrima muy dinámicos, y la música que enfatiza los sentimientos de Utena y Anthy, como te ponen tenso con esas notas de rock progresivo. El arte influido por el escocés Rennie Mackintosh y el Art Nouveau que aparecen desde el inicio de la cinta, así como imágenes que a lo largo de la trama ayudan a representar los arquetipos del príncipe caballeroso y la princesa son muy ilustrativos y nos recuerdan a las ilustraciones en cuentos de hadas.

De un lado a otro nos lleva de la mano, por lo que a momentos la realidad, o lo que se nos presenta como tal, se mezcla con el surrealismo y escenas que desconciertan al espectador por ese rompecabezas que es su trama y que poco a poco va tomando sentido si atendemos a cada detalle que vemos. Este tipo de películas que tienen una gran calidad artística y que logran crear sensaciones y perturbaciones por el sentido de la misma, son las que necesitamos ver en salas de cine, no las clásicas historias de princesas recicladas.

Konnichiwa Festival además proyectará las películas Rascal Does not Dream of a Dreaming Girl, Kase-san and the Morning Glories, Birthday Wonderland y Uta no Prince-sama Maji Love Kingdom los mismos cuatro días ya mencionados.

Les comparto un video promocional de todas estas cintas:

@YukiVongola 

jueves, 24 de octubre de 2019

Entre alebrijes y yokai

Se acerca el Día de Muertos, el Halloween y otras festividades alrededor del mundo que tienen a los difuntos y seres misteriosos como centro de atención. Es un culto natural, ya que las criaturas sobrenaturales existen en el imaginario de cada cultura, alimentando sus creencias religiosas, literatura y rituales.


La Ciudad de México inició ya con los festejos con el reciente desfile de alebrijes, entes del folklore mexicano.

Pedro Linares fue un experto en arte de cartón. A sus treinta años, tras un sueño onírico causado por el malestar de una enfermedad, concibió una de las creaciones quiméricas más festivos y coloridas del mundo, que resultan en seres zoomorfos y mixtos y en entes completamente sacados de las mentes más creativas. Con la cartonería, decidió hacer realidad aquello que vio en su extraño sueño. La popularidad de sus figuras lograron que su nombre fuera reconocido como uno de los mayores exponentes de arte mexicano, hasta que falleció en 1992.

Sigue siendo incierto el origen de "alebrije", palabra que el mismo Linares oyó de aquellas criaturas que vio en sus sueños en un bosque.

Una de las suposiciones es que proviene de la acronimia de "alegría", "bruja" y "embije", por lo que el significado puede ser "brujas teñidas con alegría", considerando que en México cuestiones como la muerte y el miedo son vistos bajo una perspectiva satírica y jocosa. 

Primigenias de la Ciudad de México y originalmente hechas con cartón y papel maché, su fama llegó a Oaxaca, donde se adoptó la madera de copal como materia prima para la elaboración de sus propios diseños.

El creador de esta variante fue el oaxaqueño Manuel Jiménez, cuyos alebrijes estaban influenciados en los de Linares, aunque introdujo su propia originalidad al agregar la figura de los nahuales zapotecos como su base creativa.

El surrealismo y elementos mexicanos prehispánicos y mestizos les dan su toque original y llamativo que tanto nos gusta ver en los desfiles y a los turistas comprar. El ser una artesanía le da mucho valor, pero su estética y composición imaginativa la convierten en una de las expresiones artísticas más mexicanas que existan.
  
Este tipo de arte que se volvió parte del imaginario colectivo se puede observar también, aunque de otra manera, en Japón con su filosofía sintoísta.

Ésta consiste en la veneración y culto de seres espirituales y seres de la naturaleza, dioses, ancestros, hombres ilustres e, inclusive, fantasmas y monstruos, ya que se cree que estas entidades tienen alma y están ligadas a las del resto de los entes vivientes.

El sintoísmo, junto con el budismo, han moldeado un estilo de vida y ciertos valores en los japoneses, que son retratados en varios anime y manga, desde códigos de comportamiento hasta ritos en santuarios.

Por este aspecto en la cultura japonesa, los yokai (monstruos) y yurei (fantasmas) del folklore japonés, inspirados en gran medida al sintoísmo, son tratados no sólo como mitos, sino que se les tiene respeto y miedo por la fuerte creencia de su existencia y relación con los humanos.

No por nada construyeron el santuario Kappa-dera al lado de la calle de los Kappa, en Asakusa, dedicado a estos seres con apariencia de tortuga antropomorfa que tanto pueden ayudar a los viajeros perdidos como comerse niños.    

El abanico de criaturas místicas es un factor importante del por qué dentro de la cultura pop japonesa encontramos una gran variedad de historias de terror y una serie de festivales y santuarios edificados cuyas funciones es dar las gracias a estos seres, o mantenerlos calmados.

En México, la Muerte y seres como los alebrijes (que pueden dar miedo hasta causar ternura) son vistos con humor, como parte de nuestra misma idiosincracia. Es por esto que nuestro Día de Muertos y todos los elementos que hay detrás de él es tan llamativo.

Aunque haya cierta diferencia en cómo se veneran o se tratan, México y Japón se nutren cultural, histórica y literariamente de seres que, directa o indirectamente, han coloreado el pensamiento de sus habitantes y los acerca a sus raíces.

@YukiVongola

viernes, 27 de septiembre de 2019

Ayotzinapa y el recordatorio de la impunidad

Cinco años han pasado desde la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, hecho que cimbró a toda la nación como hace casi 51 años lo hizo la matanza en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco.

La reciente marcha (26 de septiembre), que recorrió las avenidas y calles más importantes de la Ciudad de México, tuvo como propósito el recordar a las autoridades que tras estos cinco años no se ha esclarecido este abominable caso, del cual es una maraña de ocultaciones y mentiras que continúan desde el sexenio pasado y que el presente, pese a sus promesas de dar con la, realmente, "verdad histórica" no ha hecho nada notable en resolverlo.

Durante la protesta se graffitearon edificios y se rompieron vidrios de establecimientos, lo cual no es aplausible, pero refleja lo harto que se tiene a la población con la corrupción y el que los políticos se "pasen la bolita" y no sepan nada. A veces alzar la voz no es suficiente y se llegan a este tipo de actos para que el gobierno preste atención, independientemente de la presencia de grupos de choque en las manifestaciones o si los anarquistas realmente lo son. 

Qué importan los destrozos en la ciudad cuando lo material puede repararse, pero las 43 vidas arrebatadas y la destrucción de sus familias jamás podrán hacerlo. 

¿A cuántas familias, cuántas vidas no han sido despojadas bajo el mando de la mano negra del gobierno?
 
Con la supuesta "transformación" que debería empezar a tener nuestro país, es lamentable que se siga evadiendo la responsabilidad del gobierno por indagar en el paradero de los estudiantes desaparecidos, así como otros que siguen estando impunes. Para los padres de estos jóvenes, imagínense el dolor de no saber dónde de encuentran, que pese sea un secreto a voces que ellos ya no se encuentran con vida, que sirva de un poco de consuelo que tengan en sus manos sus restos para poder llorarles. 

Para el resto de la población, en especial para los estudiantes y aquellos con memoria histórica, el caso Ayotzinapa es un hecho indignante y una extensión de la violencia, corrupción, opresión y autoritarismo que se vivió el 2 de octubre de 1968, suceso que aún tiene incógnitas. Ambos hechos relacionan al gobierno, al ejército y a la policía federal como los responsables directos, aunque puede que en el de los normalistas esté involucrado un cártel de drogas. Lo cierto es que nada está confirmado, pero el pueblo no es ingenuo.

Medios de comunicación, organizaciones y universidades de otros países, como la Universidad de Tokyo, tienen estudios sobre la investigación de los normalistas (desde el 2014 hasta la fecha), enfatizando la falta de interés del gobierno en ésta y la acción social por querer esclarecerla. Mientras, en México esperamos que se nos oiga, porque estamos hartos de la impunidad y la violencia que azota a nuestro país, la cual nos rebasa día con día. O la exposición del chino Ai Weiwei que todavía está en el MUAC (Museo Universitario de Arte Contemporáneo) en que dedica una parte importante para expresar con su arte las consecuencias que ha traído la desaparición de los 43 en la sociedad mexicana.

Esperemos a ver qué sucede y si en la próxima marcha en conmemoración del 2 de octubre ocurre algo que pueda abrir los ojos de quienes tienen el poder.

@YukiVongola

viernes, 13 de septiembre de 2019

La Independencia e identidad mexicana

México celebra 209 años de su Independencia, hecho histórico que marcó el fin del dominio español en la Nueva España, para pasar el poder a los criollos en la naciente nación que ahora conocemos como México. Para nuestro país, así como para otros 194, el ser independiente significa constituir un gobierno cuyos factores políticos, económicos y socioculturales sean afines a su sociedad en la búsqueda de una identidad propia.
 
El problema de la identidad es frecuente en países que fueron largamente dominados por otra civilización, y México no es la excepción. Muchos están resentidos con los españoles por haber matado y subyugado a las culturas prehispánicas, así como el daño a su patrimonio (templos, tradiciones, literatura oral), y que se apropiaron de todos los bienes que pudieron para enviarlos a España. Otros, repudian este acto, pero discriminan a los indígenas descendientes de aquellos que lograron salvarse hace unos siglos y que hoy en día son desalojados de sus terrenos.
Así que, ¿cómo responder cuando nos preguntan sobre la identidad nacional? Una amiga belga me contó que en su país es lo mismo, ya que estuvo sometido por Francia, los Países Bajos y Alemania, su cultura es una mezcla de todos ellos y son pocas las cosas que son originalmente belgas. Ella me dijo que no sabe bien qué es ser belga, salvo haber nacido ahí. 

Con esta interrogante regresamos al tema del día de la Independencia. Debido a la dominación, es muy celebrado cuando por fin una nación se vuelve "libre" del control de otro. Es la fiesta nacional, la fiesta patria que año con año nos recuerda lo autónomos que somos como Estado, aunque quizá en la práctica no lo seamos. Una celebración que colorea las calles del Centro Histórico y llena el alma de las personas con los olores y sabores de su comida típica.

Si nosotros festejamos esto, ¿habrá países que no lo hacen? Sí, Japón es uno de los pocos países que no saben lo que es el día de la Independencia, ya que, en primer lugar, al ser una isla, su acceso fue imposible un tiempo, y, segundo, fueron herméticos en cuanto permitir la intromisión de extranjeros en su sociedad y política. Por esa razón es que su identidad, lo "japonés", es algo que a ellos no les cuesta trabajo contestar, porque ésta se ha forjado a lo largo de los siglos. Ellos tienen el "Día de la Fundación Nacional", celebrado el 11 de febrero, fecha que según el libro Nihon shoki (Crónica de Japón), del 660 a.C, fue cuando se erigió la nación del Sol Naciente.
 
La diferencia, por tanto, entre lo que es ser ya un territorio independiente y ser otro que siempre se ha regido por un solo pueblo radica en que los segundos tienen claro su identidad, lo que los hace pertenecer a su país. En México, podríamos decir que los mayores rasgos de pertenencia son los símbolos patrios (bandera, escudo e himno), los cuales se crearon cuando el país ya era libre; el resto de características que tenemos pertenecen a las épocas de la Nueva España o del llamado México prehispánico, ambos mundos completamente distintos a lo que somos en la actualidad y, por lo mismo, sentimos ajenos a nosotros.

La independencia y la identidad van de la mano, por tanto, festejar una y renegar de la otra crea una contradicción en nosotros. Creo que alguna vez todos nos hemos sentido así. Esto no nos impide presumir ante otros que en México hay pirámides (porque muchos no lo creen, me tocó oír eso de varios amigos extranjeros que conocí en Japón), la ropa típica tan colorida y detallada que varía de región en región, que el Día de Muertos comparte algunos rasgos con el Obon japonés, o de decirles que los tacos que ellos comen (generalmente por la pobre imitación hecha por EU) no son en nada parecidos en sabor a los de aquí. Aquello nos enorgullece porque sabemos que México es tan diverso en tantos aspectos, uno de los países más ricos culturalmente.

Cuando todos logremos aceptar lo que se fue y lo que somos, diremos sin problemas qué es ser mexicano.

Que este año, que supuestamente es el inicio de una transformación de lo que México ha sido en las últimas décadas, sea para reflexionar sobre el pasado que cementó las bases de nuestro ahora tan malherido país, y para pensar sobre lo que sabemos de nuestro origen, de las falacias que se nos cuentan sobre nuestra historia y los personajes históricos, y de lo que sucede hoy en día para crearnos una conciencia crítica con la cual podamos decir sin reservas: "¡Viva México!"

Como dato curioso, les comparto esta imagen creada en el sitio "World Flags", el cual es un proyecto japonés en que las banderas de varios países aparecen en una forma antropomorfa basada en los samuráis, y se detalla la historia de cada país. Es muy interesante y México aparece.

@YukiVongola

miércoles, 28 de agosto de 2019

Andanzas por Japón: concierto de SPYAIR Just Like This 2019

En mi reciente viaje a Japón, coincidí con el concierto que el grupo japonés SPYAIR da cada finales de julio, desde ya cinco años seguidos. El año pasado ellos estuvieron en México durante su primer tour mundial; pasearon por el Centro Histórico, Reforma y la antigua Teotihuacán como si fueran unos turistas más.

Ese 7 de octubre los fans mexicanos los recibieron con mucha calidez, lo que caracteriza a nuestro pueblo. Si bien, el lugar del concierto fue pequeño, se llenó por completo y no desmeritó en nada al grupo. En contraste, el evento veraniego de SPYAIR en Japón llamado Just Like This es para 10,000 personas, realizado al aire libre en el bosque de coníferas ubicado a espaldas del gran parque de diversiones Fuji-Q Highland y del majestuoso Monte Fuji.


SPYAIR, conformado por Ike (vocalista), Kenta (baterista), Uz (guitarrista) y Momiken (bajista) estaban listos para recibirme en su propio país con un gran concierto.

Tanta fascinación causaron en mí el verlos en vivo, que aproveché mi estadía en Japón, decidí ir a este concierto anual. Sin embargo, la venta de boletos es difícil. No hay taquillas como aquí, que vas al recinto donde se llevará a cabo el concierto y puedes comprar los boletos, incluso el mismo día del espectáculo. Allá es sólo mediante sitios de internet autorizados o en ciertas tiendas de conveniencia. Las distintas páginas web donde puedes comprarlos te piden a fuerzas una dirección en Japón, y no se puede pagar con tarjeta de crédito extranjera.

En mi afán por ir a verlos, le comenté a una amiga japonesa que tengo por internet, que estaba en busca de un boleto. Ella, sin pedírselo ni conocerme personalmente, se ofreció a conseguirme uno. Así, el 27 de julio por fin llegó. Estaba tan animada como cuando vinieron a México. Tanto, que ni la lluvia me impidió disfrutarlo en un escenario totalmente distinto al que se presentaron aquí.

Imagínense el lugar. Mientras se atraviesa el estacionamiento del Fuji-Q, el bosque de coníferas da la bienvenida y guía a los fanáticos que desde la mañana llegan para comer platillos especiales basados en SPYAIR y en comprar mercancía especial.

El cielo nublado, la lluvia a cántaros, el frío y la posible presencia de un tifón no mermaron las ganas de disfrutar del concierto al aire libre con un hermoso paisaje. Quizá fuese señal de que todo iría bien, que se vieron dos arcoiris, uno sobre otro. El tifón terminó desviándose, lo que informó el vocalista Ike al inicio del evento. Así es, la música lo puede todo, incluso contra los abates de la naturaleza.
Un equivalente en México sería el Corona Capital, el Vive Latino o los conciertos del Estadio Azteca, pero sólo en el aspecto de ser un lugar abierto, pero que suele estar un poco baldío o rodeado de estructuras hechas por el hombre que impide ver más allá de esas vallas. El estar rodeado de pinos y tener a tu lado el monte Fuji (nuestro símil del Popocatépetl) convierte la experiencia de sólo ir a un concierto de tu banda favorita en su país de origen a toda una aventura que explota los sentidos en varios aspectos.

Con mi amiga japonesa disfruté de un buen concierto, y fue mejor porque estuvimos cerca del escenario. Curioso es mencionar que los boletos, unas semanas antes, son entregados por correo a las casas de los compradores, además que hay fechas específicas para comprarlos, por lo que ir el mismo día a conseguir uno es imposible. La asignación de asientos es al azar: tanto puede tocarte en la primera fila como en la última.

Otro dato curioso es que SPYAIR se dio a conocer en las calles de Nagoya, y en el 2009, cuando SPYAIR intentó debutar a lo grande, nadie se presentó a su concierto. Eso no los desanimó. Siguieron trabajando en su música, cantando donde podían y repartiendo propaganda en las estaciones del metro.

Cuando llegó el momento del éxito, en el 2015, decidieron arriesgarse a ir al bosque de las coníferas. Le llamarían a esa presentación Just Like This, el nombre de una de sus canciones más emblemáticas, ya que justo haciendo lo que ellos creían y recordando sus orígenes callejeros, triunfaron.

Como los mismos miembros del grupo han comentado, esta canción sólo puede interpretarse al aire libre, porque simboliza esa libertad que han tenido desde el 2005. La capacidad de asistentes era de diez mil, una gran apuesta por lo sucedido un año antes, y lo llenaron. Ahora, yo fui parte de esta historia.

La temática de este Just Like This fue el deporte y el verano. Las canciones nuevas que salieron hace unos cuantos meses fueron las que abrieron el evento: "B-The One", la cual estuvo acompañada de un grupo de bailarines vestidos con uniformes de basket, ya que SPYAIR fue el elegido para componer el tema de la temporada 2019 de la B-League, liga profesional japonesa de basketball; y "Pride of Lions", cuya canción fue dedicada a la Universidad de Ciencias del Deporte, por lo que ese día en el escenario un grupo de porristas de esta institución animó al público al hacer acrobacias en el aire. 

Mientras cantaban "Sakura Mitsutsuki" (la cual fue conmovedora porque Kenta aprendió a tocar el piano para darle un nuevo arreglo a esta canción), "Samurai Heart", "Kanjou Discord", "Come in Summer", "Goldship" o "Scramble", los chicos de la banda se pasearon en el escenario principal y por pasillos ramificados del mismo que rodeaba al lugar para poder caminar y ver de cerca a sus fans que estaban en la parte central y trasera. Ese aspecto me gusta, porque así son más íntimos con su público.

En el 2020 cumplen quince años desde que se conformó el grupo y diez del debut principal.
Estarán preparándose para llegar al Tokyo Dome, el cual es el equivalente a presentarse en el Estadio Azteca y llenarlo.
Lo que llevo en mi mente y corazón no sólo está en el concierto en sí, sino en las personas que desinteresadamente ofrecieron ayudarme para ir a ver a SPYAIR, como mi amiga Haruka que conocí por internet, y ahora físicamente, grabando en mí tan increíbles momentos.

Es cierto lo que dicen de que la música une al mundo y trasciende fronteras.

@YukiVongola

martes, 20 de agosto de 2019

Andanzas por Japón: Mitama Matsuri

Ir a Japón en verano es igual a festivales sintoístas. Visto como una forma de vida y llena de tradiciones, el Mitama Matsuri se realiza del 13 al 17 de julio en el santuario Yasukuni, en Tokio, y es uno de los más importantes y grandes dentro de los que celebran el Obon, porque honra a los soldados caídos en la guerra.


El Mitama Matsuri conmemora a aquellos quienes fallecieron en batallas, tanto civiles (como las que ocurrieron durante la era Meiji) como mundiales. Muchos descendientes de estos patriotas acuden cada año a la festividad para presentar sus respetos a quienes dieron su vida por su país en distintas épocas. 
A unos pasos del inicio del enorme área que rodea al santuario Yasukuni, se encuentran los puestos de comida con fachadas coloridas. La gente que espera su turno para comprar takoyaki, kakigori o brochetas de carne y pepino, ven asombrados las 30 mil lámparas de papel que iluminan el camino hacia el complejo sintoísta. Cada una de éstas con nombres de dioses de esta filosofía o de personajes históricos.

Un grupo de jóvenes, vestidos con ropas tradicionales, desfilan gritando hacia el interior del santuario. Su recorrido lo decoran una serie de dibujos que retratan aspectos de la vida japonesa, como parte de su folklore y paisajes, así como los deseos de sus habitantes porque su país siga prosperando 
 
Entre aquellas ilustraciones, tenemos las realizadas por niños y adultos con diversas ocupaciones y oficios, pero lo particularmente interesante es hallar dibujos pertenecientes a mangaka famosos. Entre estos, se encuentran el de la autora de La rosa de Versalles, Ikeda Riyoko, así como el de Aoyama Gosho, conocido por Detective Conan. La importancia de que estos artistas dibujen específicamente algo para el Mitama Matsuri radica en que las tradiciones están muy arraigadas en los japoneses e intentan honrar, a través de su trabajo a sus antepasados. También demuestra lo humildes que son y cómo eventos de esta magnitud unen a todo el pueblo en armonía.
 
En el centro del santuario, las personas ataviadas con ropa tradicional empiezan a luchar en parejas, representando cada quien a un dios o espíritu, en un performance de combate bailado. Cada pelea es bendecida y purificada por los seres sintoístas al arrojar arroz al suelo, tal y como se hace en los enfrentamientos de sumo, un arte marcial considerado divino por los emperadores.

El último evento de las noches de festival es el del mikoshi (santuario portátil), el cual es cargado por varias personas mientras pronuncian palabras místicas de sus rezos sintoístas. Al término, el awa odori, un tipo de baile tradicional en que diversos sectores de la población (como bomberos, comerciantes o de organizaciones sociales) bailan en honor de los muertos engalanados en sus trajes típicos.

El festival Mitama es todo un deleite, en especial, para un extranjero que quiere conocer las tradiciones de Japón y cómo reflejan el comportamiento y pensamiento de sus habitantes.

Para cualquier japonés es un honor estar en una festividad importante, oler sabores y vivir experiencias culturales e históricas que enriquecen su visión del mundo.

Ésta es mi primer entrada sobre mi travesía en Japón. Así que estén al pendiente de mis próximas publicaciones, puede que los sorprenda con algún detalle.

Les comparto unos videos que grabé durante el festival.
 

 @YukiVongola

martes, 25 de junio de 2019

Sarazanmai: kappas, traseros y el poder de estar conectados con otros

Los japoneses suelen tomar las ideas más surrealistas y absurdas de su folklore para crear un anime o un manga, pero lo mejor de todo es cómo logran con premisas aparentemente ridículas una profundidad psicológica de los personajes y tratan temas delicados que nos ponen a reflexionar sobre nuestra vida y uno de los mayores temores del hombre: la soledad.

 
Imaginen la trama del anime Sarazanmai: un trío de chicos de secundaria viven su vida relativamente normal hasta que un día, por accidente, rompen una estatua de un kappa que se encuentra en el barrio tokiota de Asakusa. Los kappa son seres que habitan dentro de cuerpos acuosos que se asemejan a tortugas antropomorfas, pertenecen al folklore japonés, y su papel llega a ser tan opuesto como un malhechor que puede ahogar a sus víctimas y comer niños hasta ayudar a los humanos con sus místicos poderes, como la curación. Ojo con lo de "comer niños". Debido a la percepción que se tiene de los kappa, son respetados en varios templos sintoístas.

Cuando los jóvenes destruyen el monumento, son transformados en kappa por el guardián del lugar, llamado Keppi. Éste le ordena a los niños que cada vez que aparezcan por la ciudad kappa zombies, o sea personas que se han dejado llevar por sus bajos instintos del deseo, ellos adoptarán su nueva forma para pelear contra esos seres y mantener el orden en la ciudad.

El trío deberá unirse como uno al realizar una especie de ritual llamado sarazanmai, con el cual tendrán que extraerle al kappa zombie su shirikodama, un tipo de energía que se encuentra dentro del trasero en el cual reside el deseo, para que el monstruo vuelva a ser humano. Una vez Keppi se la coma, aparecerá un plato de los deseos y, si se juntan cinco de ellos, se podrá pedir cualquier petición. Los platos, dentro de la mitología de estas criaturas, sirven para tapar sus cabezas, las cuales tienen una cavidad llena de agua, misma en donde residen sus poderes, y si alguna vez toda el agua se les cae, morirán.

Ya con esto suena que es una historia absurda y rara, en especial por todo el ritual de convertirse en kappa y la cuestión de esa bola de energía que, en el folklore, se dice que su sabor supera al de la carne de infantes. Por tanto, si ligamos todos estos datos, resulta algo perturbador todo este asunto de los kappa y de los niños.

Sin embargo, este sin sentido empieza a cobrarlo cuando nos enteramos a través de los secretos que los adolescentes comparten al  realizar el sarazanmai: sus vidas están llenas de sentir miedo de estar solos, de rencor hacia ellos mismos, de egoísmo por sólo querer que su persona amada los vea, de sufrimiento por estar o sentirse separados de otros, razones que, por una u otra cuestión, no les permite estar conectados con sus seres queridos tal como ellos quisieran. Así llegamos al tema central de Sarazanmai: las conexiones.

Tanto los chicos como una pareja de policías, que desde el inicio se observa que tienen una relación amorosa y están del bando enemigo que lidera una nutria que se la pasa diciendo "mentira", luchan por conseguir sus deseos, los cuales se resumen en querer conservar una conexión inquebrantable con otras personas.

No importa qué tan lejos estés, o si no te sabes expresar, o si no puedes perdonar o crees que puedas traicionar a tus seres queridos, o si eres del tipo que no se rinde o si no puedes encontrarte a ti mismo, lo que todos desean es estar conectado con un lugar, con un objeto, con una persona, con un sentimiento, con algo que atestigüe que nuestra vida ha tenido un poco de impacto y memoria en otros. 

La manera en que se mezcla algo tan antiguo, como lo es la criatura kappa y sus connotaciones, y sirva de inusual pretexto para introducir personajes y temas importantes que rondan las cabezas de los jóvenes en la actualidad, tales como la identidad, la amistad, la familia, el amor, la violencia y temas de droga, la soledad, la muerte, la homosexualidad, el miedo al fracaso, entre otros, es algo que sólo ellos saben hacer para producir una obra fresca y profunda de la cual podamos aprender algo más sobre el mundo que nos rodea y sobre nosotros mismos.

La animación oscila entre surrealista y realista, lo que genera efectos risibles, irónicos y cautivadores, mismo contraste que realza la belleza de la fragilidad de nuestras relaciones con otros. Es mediante esas escenas en que la realidad y un mundo colorido y fantástico se entrelazan, cuando literalmente nos adentramos en la psique de los personajes y observamos cómo cada uno de ellos, siempre tras una sonrisa fingida o una actitud aparentemente rebelde, intentan afrontar sus temores.

El factor simbólico y mágico de los kappa libera a los protagonistas para que puedan ser honestos con ellos mismos. Lo realista, por otro lado, lo apreciamos en los paisajes de Asakusa mostrados como fotografías (tal como se ve en el ending), dándonos un bello recorrido turístico por ese barrio de Tokyo.

Uno de los mejores anime de la temporada de primavera de 2019 (abril-junio) por ser más de lo que podría haberse esperado (al mirar el primer capítulo me quedé con expresión de "¿qué rayos acabo de ver?") y con una evolución tal de los personajes que nos deja reflexionar sobre la idea de que las conexiones que tengamos con el mundo pueden cortarse en cualquier momento, sea por circunstancias ajenas o no, y que por ello se debe luchar por conservarlas lo más que se pueda, porque la vida da muchas vueltas y, pese el resultado final, siempre, siempre, tendremos una conexión que dé sentido, al menos, un momento de nuestra efímera existencia.

 Les comparto el opening y ending de Sarazanmai:

@YukiVongola

miércoles, 12 de junio de 2019

Godzilla y el inicio del monstruoverso cinematográfico occidental

En esta era de multiversos y crossovers épicos, donde personajes de distintos mundos convergen en una sola saga para salvar a la humanidad, emerge de las profundidades de la Tierra el kaiju más famoso de la cultura pop, un tal Gojira, llamado normalmente Godzilla en Japón, y ocasionalmente confundido en Estados Unidos con otro kaiju de apariencia similar llamada Zilla, protagonista de todas las películas occidentales.

La secuela de Godzilla, subtitulada Rey de los monstruos (basada en la cinta de 1954), intenta captar la atención para abrir el monstruoverso, que inició con King Kong: La isla Calavera (2017), donde Zilla es el personaje principal y enfrenta a los antagonistas de la filmografía japonesa de Godzilla. 
 

La primer película de Godzilla fue estrenada en el país del Sol naciente en 1954, a manos del estudio Toho, con una calidad de efectos especiales que actualmente es cómico, fue uno de los mayores éxitos cinematográficos de su región, al grado de ser considerado un ciudadano japonés, vigilar la ciudad de Tokio desde la cima de los Cinemas Toho.

Si bien, su origen varía en cada entrega, la mayoría coincide en que su enorme tamaño y poderes extraordinarios fueron el resultado de la radiación nuclear provocada por las pruebas realizadas en la isla nipona de Odo y las bombas atómicas lanzadas por Estados Unidos al término de la Segunda Guerra Mundial.

Godzilla, como lo pinta la versión del 98 que ataca Nueva York, es una iguana que mutó a raíz de las pruebas nucleares lanzadas en la Polinesia Francesa, cuando en realidad pertenece a la especie jurásica Godzillasaurus, que habitaba en la isla Odo. Sus inicios cambiaron nuevamente en Godzilla (2014), con la idea de que es una criatura que vivió hace millones de años, mucho antes que los dinosaurios, y que la enorme cantidad de radiación de la Tierra causó su crecimiento y le dio poderes. 

Un dato que a los japoneses no les agradó en la cinta del 98 fue su origen, puesto que Godzilla siempre ha sido una alegoría del ataque atómico sufrido en Hiroshima y Nagasaki.

Para evitar relacionar al kaiju de las producciones estadounidenses con el Godzilla japonés, el estudio Toho explicó en Godzilla: Final Wars que el monstruo que atacó Nueva York no era Godzilla, sino un kaiju parecido a él, al cual le denominan Zilla. Por tanto, se alude a que el Godzillasaurus protagonista de las películas estadounidenses no es el Gojira original. De esta manera, el estudio Toho le regresó el honor a su personaje.

Sobre Rey de los monstruos, el pretexto para verla es sólo por la pelea de los cuatro kaiju mientras destruyen todo a su paso, escenas en las que se observan errores de continuidad.

Lástima de los actores principales que ni por la experiencia fílmica salvaron la esencia de la historia; sólo vimos a una Millie Bobby Brown interpretando a una débil versión de su personaje de Stranger Things, Eleven, pero con cabello largo y sin poderes; la vidente Lorraine Warren del universo del Conjuro, protagonizada por Vera Farmiga, quien compró la ideología de Thanos y  busca equilibrar el mundo, sin importar si mueren unas cuantas millones de personas; y Kyle Chandler, quien saliera en King Kong de Peter Jackson, y cumple el papel del humano que odia a Godzilla y lo ve como enemigo.

Lo curioso es que Rey de los monstruos ha sido la única película de Estados Unidos en retomar el tema clásico de Godzilla del año 1954.
Como parte del monstruoverso, se retomó el origen de King Ghidorah, un extraterrestre que amenaza la Tierra, el mayor enemigo que ha enfrentado Godzilla a lo largo de 32 filmes japoneses. De igual manera, se explica cómo es que estas criaturas sobrevivieron con el paso de los siglos: la hibernación en que se encontraron tras bajar los índices de radiación en la Tierra los protegió del cambio entre eras.

Ésta es una aportación interesante al universo fílmico de Godzilla, puesto que en las cintas niponas no se esclarece el por qué aparecen los kaiju. Quizá se sobreentiende su presencia en Japón por la influencia del sintoísmo y el folklore, por ello sus habitantes creen en seres de este tipo y no necesitan mayores explicaciones.

Otro cambio dentro del canon en Rey de los monstruos es el comportamiento de Godzilla, quien  en las entregas japonesas protege Japón, a pesar de odiar a la humanidad por su contínua destrucción del planeta. La visión, en cambio, de las películas occidentales es de un gran monstruo que sólo destruye las ciudades, y que parece estar del bando humano.
Sobre Rey de los monstruos, vuelvo a la idea de que sólo por el interés de ver a un dinosaurio gigante pelear contra un dragón de tres cabezas es que tendrá más popularidad. Ahora, la siguiente apuesta es que luche contra King Kong, de nuevo, recordando que en 1962 tuvieron su primer round, llevándose, por muy poco, la victoria el gorila gigante.

Si me preguntan sobre cuál de las cintas estadounidenses es mejor, me quedo con la de 1998, pese al cambio en la historia de Godzilla. Es coherente y las escenas de acción no cansan, a diferencia de la de 2014 que es tediosa y los humanos sólo persiguen a los kaiju

Les recomiendo la última cinta realizada por japoneses, Shin Godzilla (2016), dirigida por la mente detrás del anime y manga de culto Neon Genesis Evangelion, este largometraje me causó incomodidad y miedo con las transformaciones que sufre. Esto implica una nueva propuesta en la saga: la evolución. Se presenta, además, un nuevo inicio para Godzilla, que a su vez regresa a su papel aterrador, como en sus inicios, donde los japoneses huían asustados.

Otras son la trilogía animada, con Gen Urobochi como guionista, otro genio del manga y anime, Godzilla: Planeta de monstruos, Ciudad al filo de la batalla y El devorador de planetas cuentan la historia de un grupo de humanos sobrevivientes al exterminio causado por Godzilla, quienes se ven obligados a cambiar de planeta. Años después, unos cuantos regresan a la Tierra sólo para observar asombrados cómo el ecosistema ha cambiado y que, aparte de Godzilla, hay otros kaiju dominando su antiguo hogar.
 
Para terminar, el por qué se creó y el por qué del actuar de Godzilla son parte de la ideología, folklore e historia japonesa, King Ghidorah puede ser analizado como una analogía de los estadounidenses, que crearon un arma "extraterrestre" para atacar Japón. Quizá por eso es que las tres películas occidentales no han gustado en Oriente porque Estados Unidos se deslinda de la responsabilidad de crear a Godzilla, tanto en ficción (los filmes) como en la realidad (la alegoría).

 Bienvenidos al monstruoverso, y ¡larga vida al rey de los monstruos!
@YukiVongola